Dicen por ahàque: “Mujeres juntas, ni difuntas”; pero cuando Bárbara Albarrán De Falcón, Ariadna López, Dafne Falcón y Gemma Corona, cuatro mujeres de diferentes edades y personalidades, se ven forzadas a vivir bajo el mismo techo, su convivencia da por resultado una serie de sucesos y consecuencias inesperadas.

Todo comienza cuando Bárbara, mujer conservadora y pretenciosa, celebra la jubilación de su marido, Joaquín Falcón. Ahora que él ya no trabajará y los tres hijos de ambos, Álvaro, Eduardo y Gael ya no viven en la casa familiar, Bárbara desea viajar y hacer cosas nuevas. Sin embargo, pronto descubrirá que Joaquín no comparte sus mismos deseos. 

Ariadna es valiente y apasionada. Vive en unión libre con Eduardo, el segundo hijo de Bárbara, un contador tan atractivo, como deshonesto y con quien tiene un hijo: Tadeo. Ariadna dejó su carrera de periodista para ser mamá de tiempo completo y cuando su hijo es diagnosticado con Síndrome de Asperger, surgen todo tipo de complicaciones para la pequeña familia. Una de ellas, es tener que vivir en casa de su suegra, Bárbara, con quien nunca ha tenido una buena relación. Ambas no se soportan.

Mientras tanto, en Río Verde, San Luis Potosí, Dafne, embarazada de su segundo hijo, se prepara para mudarse a Zacatecas, con su esposo Néstor y su pequeña hija, Clarita. El joven matrimonio tiene muchos planes, pero todo se desmorona cuando, inesperadamente, Néstor muere en un accidente y Dafne se convierte en una joven viuda.

Por otro lado, proveniente de una zona rural, Gemma también llegará a la casa de Bárbara. Gemma, supuestamente viene a suplir a la antigua trabajadora doméstica, pero miente sobre su edad y los motivos que la han llevado hasta ahí. Las vidas de estas cuatro mujeres se entrecruzan cuando Eduardo se va y abandona a Ariadna y a Tadeo en casa de Bárbara.

Además, Bárbara, a poco tiempo de haber enviudado, tiene que enfrentar a Dafne, que llega a reclamar su herencia como hija reconocida –aunque fuera del matrimonio– de Joaquín.

Ya en casa de Bárbara, Dafne, sin buscarlo, despierta un cariño muy particular en su medio hermano Gael.

Para complicar más las cosas, Álvaro, el hijo mayor de Bárbara, regresa al nido familiar tras una fuerte crisis matrimonial, entre él y Ariadna, crece una empatía que se va transformando en un amor prohibido.

Es así, como las cuatro mujeres, pese a sus diferencias, entablan un vínculo entrañable que las llevará a reconocer que estar unidas las hace más fuertes. Juntas, serán más fuertes para enfrentar cualquier obstáculo, más sabias para proteger a sus familias, y más abiertas para dejarse sorprender por el amor del hombre que las sepa valorar, como cada una de ellas lo merece.