Renata es una bella joven criada con rudeza por su padre, Don Bruno, quien siempre deseo tener un hijo varón. Es tratada con crueldad y no le permite tener relación con ningún hombre. En medio de la soledad, Renata se enamora perdidamente de Pablo, un peón de la hacienda, de quien resulta embarazada. Para esconder su pecado, Don Bruno la envía lejos, acompañada de Macaria, una mujer ambiciosa que está locamente enamorada de Fausto, dueño de una hacienda cercana a la de Don Bruno. Fausto está lleno de deudas y pone sus ojos en Renata, pues piensa que casándose con ella y apoderándose de la fortuna de su familia, todos sus problemas económicos se resolverán, pero Renata no lo ama y lo rechaza, confesándole que está embarazada de un peón, al cual ama perdidamente. Fausto averigua quién es su rival, se presenta ante Pablo y lo mata.

El momento llega y Renata da a luz a una niña (Abigail), pero Don Bruno le da dinero a Macaria para que registre a la niña bajo su nombre y se haga cargo de ella como su madre. Renata es obligada, bajo amenaza, a renunciar a su hija y aceptar las condiciones de su padre: ante los ojos de todo el mundo, ella sólo será la madrina de Abigail.

Bajo la promesa de Fausto de ayudarla a encontrar a su hija, Renata acepta ser su esposa. El mismo día de la boda, muere Don Bruno, dejando a Fausto como albacea de todos sus bienes. Gracias a Macaria, Renata se entera que su marido fue quien mató a Pablo y decide enfrentarlo pero Fausto le provoca un accidente en el que ella queda ciega.

El tiempo pasa y Abigail se convierte en una preciosa joven, pero Renata, en su ceguera, no se da cuenta que Fausto ve con deseos a Abigail y que comienza a obsesionarse con ella.

Mientras tanto, Abigail se ha enamorado perdidamente de Mateo, sobrino de Fausto, quien regresa del extranjero convertido en un gran médico. Pero el joven no corresponde a ese amor, pues se apasiona con Diana y termina casado con ella, sin imaginar que también es amante de  Fausto.                                                                                         

Abigail sufre un gran dolor al saber que Mateo se ha casado, pero intenta rehacer su vida al lado de Diego y olvidar para siempre al hombre que le rompió el corazón, pero no lo consigue. 

En tanto, el doctor Duarte, maestro de Mateo, se ha ido enamorando de Renata, quien siente que el amor ha renacido en ella. Es asàcomo acepta operarse para recuperar la vista, siendo ésta todo un éxito, pero Renata miente y decide mantenerlo en secreto sólo para lograr desenmascarar a Fausto.

A base de mentiras, Fausto logra que Abigail crea que él es su padre y la orilla a tener un distanciamiento con Renata, pero un día él intenta abusar de ella, desenmascarando sus verdaderas intenciones. Lo mismo sucede con Mateo, quien descubre a Diana en la cama con Fausto, confirmando que siempre han sido amantes. Ahora Mateo esta decidido a divorciarse y a luchar por Abigail, pues se da cuenta que ella es la mujer que siempre estuvo esperando.

El amor entre Abigail y Mateo es puro y fuerte, pero la obsesión de Fausto y su sed de venganza, pondrán en riesgo su relación, pues él no esta dispuesto a perderla y utilizará los recursos más bajos con tal de conseguir su objetivo.

Ambos jóvenes tendrán que soportar un infierno, con tal de vivir plenamente su amor.