Julieta ha intentado ser la mujer perfecta: pasar tiempo con sus hijos, cumplir con su trabajo, convivir con Robert, ayudar a su madre y hermanos, hacer ejercicio; todo lo necesario para ser feliz. Pero Julieta no ha concientizado que ese equilibrio lo ha alcanzado gracias a su marido Robert y a que ha tenido todo absolutamente cronometrado.

Todo funciona como una máquina perfectamente engranada que gira alrededor de lo que Julieta ha organizado. Ella es además una gran líder en su trabajo que ha sabido organizar sus tiempos para poder tener una vida en equilibrio.

Robert se ha dedicado a cubrir a Julieta en diferentes ámbitos hogareños para que ella pueda cumplir su rutina, pero en él existe cada vez más una cierta inquietud, pues también quiere un mayor desarrollo profesional.

Cuando Robert habla con sus padres, Blanca y Eugenio, ellos le hacen ver que tal vez está demasiado “sometido” a los deseos de Julieta, sin que él haya tenido una oportunidad verdadera para poder dedicarse un tiempo a sàmismo y a su carrera. Esto despierta en Robert un cuestionamiento, ya que a pesar de que él ama a Julieta y a sus hijos Blanquita y David, ha dejado atrás parte de sus propios anhelos para que el sistema “julietesco” funcione.

Durante 9 meses, Julieta y Robert han intentado que ni Blanca ni Catalina cuiden a sus hijos. Por fin Julieta ha alcanzado el sueño que tanto se había propuesto de: “la familia política y del sol, mientras más lejos, mejor”. Robert intenta mediar la mayor parte de las veces, tratando de unir a las familias y buscando generar la convivencia entre ambas, aunque no siempre puede combatir el esquema cronometrado de su esposa.

Pero su sólida relación encontrará un gran obstáculo y la guerra más fuerte que se avecina para Julieta es con Susana, su nueva jefa, quien además además de enfrentarla al dilema que muchas mujeres tienen hoy en día: cómo ser mamá y esposa, sin dejar de ser una exitosa profesionista, también se apellida Córcega. Julieta cree que se trata de una maldición del destino. ¿Cómo es posible que la jefa que llegó para hacerle la vida imposible se apellide igual que su familia política? ¡Parece la peor broma! En Julieta entrará una pequeña obsesión por investigar y comprobar que Susana no tiene ninguna relación con su familia política, pero tendrá varias trabas que le impidan llegar a la verdad.

Susana es en realidad la hija de Canuto, el ex esposo de Imelda. Y por tanto: tía política de Julieta. Pero esta verdad, la saben únicamente Imelda y Canuto.

Julieta y Robert se enfrentarán a un nuevo reto: demostrar que, en la actualidad, los matrimonios felices todavía existen y se construyen bajo sus propias reglas, no las de la sociedad. Será el destino quien amenace con separarlos, pero el amor será el ingrediente más importante en su relación y el que los mantendrá unidos como imán.