Para ser Alicia, Lichita tuvo que ser más inteligente que ninguna y aprender que por más que uno quiera aparentar lo que no es, es imposible traicionar al corazón y renunciar a lo más importante que hay en la vida: el amor verdadero.

Lichita Gutiérrez es la empleada más ignorada de Icónika, la agencia más importante de publicidad en Iberoamérica, empresa a la que entró hace años con el puesto de asistente pero con la idea de ir ascendiendo por su propio esfuerzo. Lo cierto es que nunca ha progresado profesionalmente y sólo es una especie de ‘secre-todóloga’ ‘mil usos’. Más de una vez pensó en renunciar, pero no podía defraudar a sus padres.

Pese a todo, Lichita sueña que algún día el amor llegará a sacarla de su insignificante existencia. Pero cada vez ve más lejos ese sueño, y la realidad se encarga de ubicarla cruelmente. Nadie se fija en ella, y no porque sea fea, sino porque es un ser gris e invisible. Por ello también deja el amor sólo para sus fantasías y dirige todo su esfuerzo hacia un trabajo que tampoco termina de cumplir sus expectativas. Y es que en una empresa donde ‘buena gente’ es sinónimo de tonta, todo mundo se aprovecha del carácter tímido y amable de Lichita y le asigna tareas que en realidad no le corresponden.

Sin embargo, por primera vez Lichita está dispuesta a darse a notar cuando tras enterarse de que a Sandra, la fría y severa directora de Icónika, le urge presentar toda una campaña de publicidad, Lichita pone manos a la obra.

Lichita desarrolla un innovador proyecto y para mostrárselo a Sandra está dispuesta a colarse a una exclusiva fiesta a la que, desde luego, no fue invitada. Pero antes de exponer su trabajo, Lichita conoce al atractivo y encantador Roberto Duarte, un vivales que detrás de su encantadora sonrisa oculta una dura infancia y la amarga experiencia de haber cumplido una condena en la cárcel por un delito que no cometió. Para su enorme sorpresa, este supuesto galán de ensueño, le roba descaradamente su proyecto y lo presenta como suyo a los directivos de Icónika. Roberto consigue un muy buen puesto en la agencia, cosa que obviamente enfurece a Lichita… aunque ella ignora los motivos que llevaron a Roberto a hacerle esta canallada.

Lichita vive una serie de humillaciones, burlas y bromas pesadas por parte de los empleados de Icónika, pero lo peor es que tiene que lidiar con el maltrato de Luciana, la pedante y creída sobrina del dueño de la agencia, quien recién llegada a México, obtiene un cargo mejor al de Lichita y además quiere quedarse con el amor de Roberto.

Harta de ser ‘Lichicienta’ y envuelta en un torbellino de emociones, en un instante pasan ante sus ojos todos los años de trabajar en Icónika… años en los que la perseverancia, la honestidad y el trabajo no la llevaron a ningún lado y la fantasía del amor verdadero sólo fue eso: una fantasía. Lichita decide cambiar de actitud y con ello recuperar lo que por derecho le corresponde, y si para llegar lejos y ganarse el reconocimiento que se merece tiene que usar las mismas  artimañas que utilizaron contra ella, ahora lo hará. Decide cambiar y con ello recuperar lo que por derecho le corresponde, dejará de ser Lichita, se ‘convertirá’ en Alicia y luchará incluso contra su naturaleza noble para demostrar que : ¡Antes muerta que Lichita!