Mariana es una joven hermosa, auténtica e inteligente, con un gran instinto de superación, pero con pocas oportunidades para salir adelante. Huérfana de padre y madre. Queda sola en el mundo al morir su madrina, complicándose su vida más de lo imaginado. Pero su destino cambia cuando conoce a Alberto Salvatierra, el magnate de la industria alimenticia.

En una junta, Don Alberto tiene un fuerte enfrentamiento con su hijo Luis Alberto. La relación padre e hijo es un vínculo dañado, fundado en una tragedia del pasado donde perdió la vida Matías, el único hermano de Luis Alberto. Don Alberto sale de la junta con el corazón latiendo sin freno y sufre un ataque. Quién lo ve, y le salva la vida es Mariana. Cuando se recupera busca a la joven, y decide ayudarla llevándola a vivir a la mansión Salvatierra, donde también vive Daniela, segunda esposa de Don Alberto, Luis Alberto y Santiago, el hijo del primer matrimonio de ella.

La llegada de Mariana al mundo empresarial Salvatierra inquieta y pone en guardia a Soraya, accionista y socia, amante de Luis Alberto, hija adoptiva de Rafael Montenegro, ya fallecido, amigo y socio de Don Alberto. Soraya es una mujer ambiciosa y sin escrúpulos que solo la mueve el poder y dinero. También está León, CFO del holding. Se mueve en las sombras y manipula a Luis Alberto para enfrentarlo a su padre. Durante los últimos años ha construido en paralelo varias empresas competidoras de los Salvatierra y lo ha hecho con el dinero de ellos mismos. No sólo la ambición domina las acciones de León, sino también la venganza, pues ha estado enamorado de Daniela desde antes de que ella se casara con Don Alberto. Por ello quiere destruir a Alberto, y convertirse en un hombre tan poderoso como él, creyendo que esto hará que Daniela caiga en sus brazos. 

La relación de Mariana y Luis Alberto se va construyendo desde las diferencias, ella lo lleva a su mundo y él al de él. Esas complicidades y deseos terminan en un amor apasionado y bello. Sin embargo, sus enemigos harán lo posible por separarlos. En su búsqueda por destruir a Mariana, Soraya descubre un secreto que la conmociona: Mariana es hija biológica de Rafael, por lo tanto, son medias hermanas, ambas herederas de Rafael Montenegro. Soraya no revelará este secreto a nadie y al mismo tiempo la impulsa a destruir a Mariana, primero miente para inculpar a Luis Alberto con la muerte de Rafael. Eso los lleva a una separación y arrastra a Luis Alberto nuevamente a su adicción al juego, por otro lado, Soraya comienza a suministrarle un veneno lentamente a Mariana, para no levantar sospechas y eliminarla para siempre.

Tras descubrir la verdad Luis Alberto y Mariana retoman su relación y deciden iniciar con los preparativos de su boda, mientras la administración del veneno va en paralelo. Mariana comienza a sentir los efectos, pero todo es paulatino y atribuido a los nervios de la boda. Finalmente, llega el día de la boda, Mariana le ha pedido a Don Alberto que sea su padrino, y mientras Luis Alberto y su madre esperan, Mariana aparece del brazo de Don Alberto y ante el asombro de todos, cae desmayada. En el hospital, Mariana se debate entre la vida y la muerte, pero finalmente, tras momentos de angustia, Mariana logra ser salvada. El casamiento se realiza, la luna de miel y todo parece felicidad cuando Mariana queda embarazada. Sin embargo, sus enemigos siguen trabajando desde la oscuridad.

Don Alberto participa de un torneo de tenis y León ve allí su gran oportunidad. Adultera el contenido de las bebidas del torneo y Don Alberto cae muerto en plena cancha. A partir de su muerte, se desatan las ambiciones de todos. León y Soraya creen que ha llegado su momento y más con el nacimiento del hijo de Mariana, quien va cayendo en una depresión post parto. Luis Alberto preocupado cada día más por la salud de su esposa, pero al mismo tiempo ausente por mantener la empresa a flote después de la muerte de su padre, le pide a Daniela que se encargue del cuidado de Mariana.

Mariana huye de su casa llevándose consigo al bebé “Betito” y, en su mente confusa, deja al niño en brazos de una vendedora ambulante. La mujer de buen corazón espera en vano el regreso de Mariana y al anochecer termina llevándose al niño a su casa ignorando que Mariana ha caído desmayada en plena calle. Luis Alberto encuentra a Mariana y ella da los datos de la mujer a la que le dejó al bebé. Pero un incendio feroz se desató en la colonia de la mujer, ella fallece, y la policía encuentra entre los escombros la cadena de Betito dando por sentada su muerte.

Todos están convencidos que Betito ha muerto, todos menos Mariana que comienza una búsqueda incansable. Con el tiempo y para hacer más soportable el dolor, deciden adoptar a María Isabel, pero pese a querer a su hija, la búsqueda de Betito absorbe por completo a Mariana. Esto la va alejando paulatinamente de su marido, que buscará otra vez en el juego un desahogo a toda su angustia.

Soraya se convierte en un obstáculo para los proyectos de León. Él busca la manera de manejarla y al descubrir que Mariana es la hija de Rafael, amenaza a Soraya, pero ella decide matarlo. El escándalo se desata y Soraya es juzgada y condenada a 25 años de prisión.

18 años después, el matrimonio de Mariana y Luis Alberto se encuentra en crisis. Mariana está al frente de una fundación que busca niños desaparecidos y tiene un programa de televisión que también se ocupa de buscar gente desaparecida. Detrás de todo esto se esconde la esperanza de recuperar a Betito.

Sin que nadie lo sepa, Soraya es liberada por su buen comportamiento. Al salir, Soraya prepara su venganza. Seduce al multimillonario Víctor Millán, un viudo y que tiene una hija que, tras un accidente, quedó lisiada. Más tarde y aprovechando los contactos hechos en la cárcel, Soraya manda a matar a Víctor para quedarse con todo.

Por su parte, Mariana logra dar con una pista de Betito y descubre que ha vivido en el sur de los Estados Unidos. Mariana se aproxima a él y tras muchas idas y vueltas le confiesa que es su madre. Luis Alberto, alejado de su mujer, ha encontrado en Vivian alguien con quién soportar la vida angustiosa que lleva. Ella maneja una mesa de póker para millonarios como anfitriona y organizadora. La venganza de Soraya incluye seducir a Betito para hacerles la vida imposible a Mariana y Luis Alberto cuando se enteren de lo que ocurre.

La reconstrucción del amor de Luis Alberto y Mariana sufrirá nuevos obstáculos, no sólo Soraya, sino también Vivian y la propia adicción de Luis Alberto. El amor que se tienen deberá vencer las penas más profundas y las tragedias más terribles, y harán comprender a Mariana que, los ricos también lloran.